A la hora de elegir una bombilla LED debemos tener en cuenta diferentes aspectos como la potencia en lúmenes reales, el ángulo de apertura, la temperatura de la luz y la instalación que tengamos en casa, en la oficina, en el local, etc...
La potencia Lumínica: un lumen es la unidad usada para expresar la cantidad de luz que es capaz de generar una bombilla. La gran cantidad de fabricantes y la falta de unión de criterios entre ellos hace que cada marca establezca sus propias potencias lumínicas. Pero la teoría nos dice que un LED por sí solo es capaz de generar entre 90 y 120 lúmenes. No obstante debido al avance tecnológico y la investigación por parte de los fabricantes hace que cada marca asocie unas determinadas potencias lumínicas en función de los vatios.
El ángulo de apertura de la luz: la iluminación LED tiene numerosos ángulos de apertura, esto nos obliga a revisar bien las especificaciones y usos de cada fabricante. La tecnología LED ha avanzado tanto que ya se pueden encontrar bombillas capaces de iluminar toda una habitación.
LEDS con ángulos de apertura de 40º serán utilizados para iluminar puntos localizados: cuadros, vitrinas, etc... Por lo tanto cuanto mayor espacio queramos iluminar más grado de apertura necesitamos, por ejemplo 120º.
La temperatura de color: Los grados Kelvin nos indican el tipo de color que tendrá la luz de nuestra bombilla. Básicamente podemos obtener tres tipos de luz: el blanco frío, indicado para lugares donde de necesita una luz blanca y la máxima luz posible: garajes, trasteros..... El blanco puro o neutro, indicado para zonas de trabajo, cocinas, baños, ... y el blanco cálido, indicado para habitaciones, salones, salas de espera, aquellas zonas donde se requiere mayor luz de ambiente.
Tendremos blanco frío con temperaturas en torno a los 5800ºK, un blanco puro con temperaturas en torno a los 4500ºK y un blanco cálido con temperaturas alrededor de 3000ºK.
Interesante también es la posibilidad que cada vez incluyen más bombillas de LED de regular la intensidad de la luz que genera la bombillas, a través de los Dimmer. Por tanto la bombilla, si queremos que sea regulable tendrá que ser Dimmable.
La instalación que tenemos en casa: es preciso revisar el tipo de instalación que tenemos en casa para ver que podemos reutilizar y qué debemos sustituir. Revisaremos si tenemos transformadores (que en el caso del cambio a LEDS se pueden eliminar, con el ahorro de consumo correspondiente), si tenemos reguladores (habremos de adquirir LEDS dimmables), etc.
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